CASTILLO DE ALMODÓVAR
A 30 kilómetros de Córdoba, sobre el conocido cerro de la Foresta, se levanta cual centinela del pueblo de Almodóvar, su majestuoso castillo. Desde él se divisa una de las mejores vistas de la Vega del Guadalquivir. Fortaleza que nunca fue tomada en asalto a pesar de los numerosos asedios que tuvo a lo largo de su historia.
Esta construcción tiene origen en época romana. Nombrada por primera vez por Plinio en uno de sus escritos y denominándola Cárbula. Un poblado fortificado que se desarrolló gracias a una industria alfarera y a la explotación de minas de oro y plata. Fue lugar de embarque para la campiña e incluso llegó a tener su propia moneda en el siglo II a.c.
Es en el año 740 cuando los árabes levantan las altas murallas y la denominan Almudawar Al-adna (en redondo), nombre que se extiende a todo el pueblo de alrededor. Será en esta época cuando se consolide en cuanto a tamaño, espacios y calidad de sus materiales. Años después, en el año 758 pasa a formar parte del Emirato de Abd-al-Rahman I (primer Emir omeya en Córdoba). En este periodo destaca la rebelión de los yemeníes contra Abd- al-Rahman I que fueron derrotados a escasos metros del acceso al castillo.
Durante los siglos VIII, IX y X, el Castillo de Almodóvar, formó parte de la provincia de Córdoba. Perteneció a la Taifa de Carmona en el siglo XI, y posteriormente, a la de Sevilla.
Llegaron tiempos de guerra y los musulmanes se enfrentaron a los cristianos para evitar su conquista. Pidieron ayuda a los almorávides, pueblo guerrero y rebelde del norte de África que traicionó a los musulmanes y se hicieron con el control de la fortaleza en 1091.
Durante siglos pasaron diferentes ocupantes (como los almohades) y es en 1240 cuando pasa a manos cristianas durante el reinado de Fernando III.
Se llevaron a cabo muchas obras, las más ambiciosas un siglo más tarde ( XIV) en tiempos de Alfonso XI, Pedro I y Enrique II, cuando se erigieron cinco de las principales torres del castillo( la Torres del Homenaje, la Torre Cuadrada, la Torre Escuela, Torre de las Campanas y Torre de la Ceniza).
Tras algunos cambios de propietarios, Felipe IV lo vende en 1629 a Francisco de Corral y Guzmán y desde entonces ha ido perteneciendo a la misma familia.
El Castillo de Almodóvar del Río, llegó al siglo XX como un edificio cercano a la ruina total y definitiva. El que fuera su propietario, Rafael Desmaissieres y Farina, hombre romántico de la época, decidió invertir su fortuna y su vida a recuperarlo. Contrató al arquitecto Alfonso Fernández Casanova que se encargó de la recuperación del edificio tratando de volver al aspecto original que tuvo el castillo en la Baja Edad Media.
Para ello invirtió grandes sumas de dinero, se movilizaron numerosos operarios y se invirtieron años en llevarse a cabo. Los estudios de intervención se iniciaron en 1897 y la intervención material fue desde 1901 hasta 1936, cuando comenzó la Guerra Civil Española. Lamentablemente ni el mecenas, el conde Torralva, ni el arquitecto pudieron ver la obra culminada puesto que fallecieron en el proceso de restauración.
En estas obras, además de la restauración/reconstrucción de la fortaleza, se añadieron estancias nuevas en estilo historicista. Como el enorme palacio neogótico (con fines de vivienda) ubicado al oeste del castillo con vistas al Valle del Guadalquivir, el Salón de la Biblioteca y la Capilla que ocupa el centro del Patio de Armas, edifico de planta octogonal cuya nave está cubierta por una cúpula inspirada en la del Convento de San Pablo, de Sevilla, que se apoya en arcos de medio punto, sostenidos por gruesas columnas.
Entre todas estas obras se construye también la novena y última torre del castillo llamada Torre Pequeña.
El espacio del castillo de Almodóvar es de planta rectangular, cercada por dos recintos de murallas almenadas que jalonan nueve torres.
La más importante es la Torre del Homenaje, de planta cuadrada que ostenta una vistosa cúpula octogonal, una altura de 33 metros y está separada del resto del castillo al que se une por un pequeño puente de piedra que la conecta con todo lo demás. El Torreón del Moro debe su nombre a sus arcos de herradura. Una «Torre Cuadrada» está situada en la esquina noreste y en sus dos plantas, por un lado, se guardan armas y, por otro lado, se conservan pinturas mudéjares. Encontramos también «La Torre Redonda», llamada así a causa de su cuerpo cilíndrico, es la torre más antigua, del siglo X. Más discreta, La Torre de la Escucha, es pequeña pero, desde ella se divisaban con rapidez los ataques inesperados. Vemos que La Torre de la Escuela, tiene unas vistas maravillosas en el lado norte del castillo, desde su terraza. La Torre de las Campanas o de la Miga, se usa hoy en día como lugar expositivo. La última en construirse fue La Torre Pequeña, se encuentra encima de la puerta de entrada al castillo y finalmente, la Torre de la Ceniza.
El espacio interior del Castillo de Almodóvar, es el Patio de Armas, ocupado por varias dependencias nuevas del siglo XX como la Capilla y el Palacio. Cuenta con uno de los dos aljibes con que contaba la fortaleza, el mayor de ellos. Ambos depósitos podían almacenar más de 250.000 litros de agua procedente de la lluvia aunque también podía ser traída desde el río Guadalquivir.
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Texto: Nacho Calero. Amedina Córdoba.