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Capilla del Sagrario

Capilla del Sagrario

La capilla del Sagrario es una de las más hermosas joyas artísticas que luce la Catedral de Córdoba. Ajena al incesante bullicio de visitantes que buscan en la Mezquita una atracción turística o cultural, esta capilla mantiene su uso y función parroquial, siendo éstas las únicas razones por las que se permite entrar a esta capilla.

Al comienzo la capilla del Sagrario mantuvo el titulo de Santiago hasta el siglo XVI. Más tarde, tras será fundada como tal por Don Juan Ponce de Cabrera y su esposa doña Inés Enríquez. Ella entrega en 1330, la suma de 500 maravedíes para que ambos y posteriormente su familia descansaran en tan ilustre lugar. Ya en aquel momento la sepultura del obispo Don Fernando de Mesa, (1257-1274) yacía en este solar.

Adosada al muro Sur, en el ángulo sureste de la antigua Mezquita, emplea tres naves de la ampliación de Almanzor y el espacio de 4 intercolumnios. Es después de la capilla mayor del crucero catedralicio, la capilla más grande que aún conserva el templo, seguida de la capilla del cardenal Salazar y de la capilla de la Concepción. Pero recordemos, que la capilla de Villaviciosa, hoy en día ya no cumple esa función.

La librería

En 1480 el cabildo ordena el traslado de la librería desde la capilla de San Clemente, a la de Santiago. Pero este mandato no llegó a tener efecto inmediato. Y no será hasta la tercera orden, en 1517, impulsada por la importante cesión de libros realizada por el obispo don Martín Fernández de Angulo, que comiencen los trabajos de adaptación de ésta capilla de Santiago para librería capitular. Recuerdo de la importante concesión hecha por este prelado, es el escudo que permanece en el muro oriental.

Tras largas obras reformas y continuas dificultades, parece que los libros no estaban destinados a encontrar aquí su definitivo lugar. El sino definitivo de este enclave no será el de albergar una biblioteca, sino otro no menos señalado. Acogerá el santísimo sagrario de la Catedral. Hasta el momento dicha capilla se había encontrado contigua a la capilla de San Pedro, sita en el solar del antiguo mihrab de la Mezquita.

La capilla

Y para la construcción de tan relevante lugar será escogido uno de los arquitectos más reconocidos en la historia de Córdoba, Hernán Ruiz I. El mismo arquitecto que proyectara la Capilla Mayor de la Catedral, será el encargado de concebir la nueva puerta del Sagrario,  y la bóveda de crucería gótica de la nave central.

De las tres puertas originales se conservan las laterales, pues en 1573, la central será replanteada por el sucesor del arista original, Hernan Ruiz III.  No obstante será Fernando de Valencia el encargado de fabricar la nueva reja, terminada más tarde por Juan Martínez, por fallecimiento de éste. (1580)

Los abundantes informes disponibles nos permiten saber que el primer documento de la decoración del Sagrario, por Cesar Arbasia es de 28 de septiembre de 1583. De hecho se conoce que el artista recibe a cuenta 100 ducados, por la pintura que iba a hacer bajo mandato del obispo Don Antonio de Pazos y aconsejado posiblemente por Pablo de Céspedes,  el pintor piamontés ya había colaborado con este racionero de la catedral en Roma.

Según el cronista Ambrosio de Morales, antes de Agosto de 1584, Cesar Arbasia  había concluido los frescos de las paredes con las imágenes de los mártires  y las cartelas de zócalo, que describen sus vidas y martirios. En documento posterior, Arbasia se compromete a terminar el dorado y pintado de paredes, cimborrios,  arcos, columnas y pilares de la capilla. Igualmente debe acabar la pintura que faltaba, el cuadro que muestra la despedida de Jesús de su madre, la Virgen María.

Otras aportaciones completaron este enclave, pero no sobrevivieron al paso del tiempo. Aún así, eso no impidió que el gran promotor de esta capilla del Sagrariodon Antonio de Pazos descanse para siempre entre sus muros.

El Sagrario

En la nave central, encontramos la pieza que da sentido a la capilla, pues en ella se reserva y custodia el símbolo de la fe cristiana.  El tabernáculo  se encarga al entallador flamenco Guillermo de Orta antes del pontificado de Pazos, en el mismo momento que  se proyecta el Sagrario de la Catedral. Sobre él se encuentra el fresco de la Santa Cena, que centra nuestra atención en la institución de la eucaristía. A sus lados lo flanquean  las representaciones de los profetas David e Isaías, en  hornacinas simuladas.

El programa iconográfico que encontramos en esta capilla ocupa un lugar destacado los mártires cordobeses, dispuestos cronológicamente. Se distribuyen en los muros laterales, en grupos de tres, con paisajes de fondo alojados en lunetos. Entre ellos ,San Zoilo, Victoria, Acisclo, Fausto, Flora, Eulogio, Leocricia.. En la nave de la epístola encontramos “La oración en el huerto», en la nave del Evangelio, “Jesús despidiéndose de su madre”

En fechas coetáneas habían aparecido los restos de los patronos de la ciudad en la actual Basílica menor de San Pedro. Este hallazgo, y la devoción del obispo Pazos, marcaron la iconografía de esta capilla, en la que de forma inequívoca Jesucristo aparece como ejemplo de martirio.

Hoy esta capilla cumple tanto su función de Sagrario como de parroquia. La misa diaria, la adoración del santísimo,  o los sacramentos que forman parte de la vida del creyente, se suceden a diario respondiendo así a las necesidades de los fieles.

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Texto Nacho Calero. Amedina Córdoba

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