La Sinagoga de Córdoba
Lugar de convivencia, de encuentro, cómo define el término original, para la religión, la enseñanza, la ley, y la tradición hebrea. En su acepción griega synagogué refiere tanto a la reunión, como al lugar donde esta se lleva a cabo. En hebreo “kenest”(reunión) ó bet ha-kenéset (casa de reunión). Actualmente es el lugar físico donde materializar la costumbre, que engloba al común de una religión.
En la ciudad de Córdoba, en pleno corazón de la judería, encontramos la Sinagoga de Córdoba. Edificio casi discreto en su fachada, que veremos al andar por la calle judíos. Una solemne puerta de madera y fachada blanca, dan acceso a un enclave recogido, que apenas puede contener toda su historia.
La Sinagoga de Córdoba es una sala de unos 40 metros cuadrados, a la que se accede a través de un patio y un vestíbulo. Así como determina el Talmud de Babilonia, no se accede directamente a una sinagoga desde la calle. De hecho, el patio de apenas de 5,80 metros de largo por 4,20 de ancho, es un tránsito del bullicio exterior, al recogimiento interno. De esta manera, quedan atrás las preocupaciones y pensamientos del mundo exterior antes de entrar al lugar sagrado. Dicho patio estructura el edificio y su uso, como Oratorio, y escuela talmúdica. Pues la sinagoga como lugar de encuentro será el lugar donde transmitir y debatir la tradición hebrea. Labor llevada a cabo principalmente por el rabino. Es habitual que sus dependencias se encuentren anexas.
Construida por Isaac Moheb entre 1314 y 1315, según dice la inscripción hallada en 1884, en el muro Este.
«Santuario en miniatrura y morada del Testimonio que terminó Isaac Mohed, hijo del señor Efraim Waddawa. (edificado) el año setenta y cinco. Presta atención, oh Dios y apresúrate a reconstruir Jerusalem».
Siendo este muro el que con su orientación hacia Jerusalén, marca el sentido y orden de las actividades propias de una Sinagoga. Es por ello que en el muro Este hallamos un tabernáculo denominado Hejal destinado a la Torá. Pues según reza el Talmud:
“Los que se encuentran fuera de la tierra de Israel deben volver su corazón hacia la tierra de Israel;”
De esta manera, la sala de oración está orientada al Este, y en este muro veremos una cámara de 2,80 metros de ancho, destinado a la guarda del Hejal ó Arón ha-kódesh, arca sagrada donde se guardan los rollos de la Torá ó Pentateuco.
En el muro opuesto, el espacio que se crea bajo el arco, “Bimah” fue un púlpito donde se leyeran las sagradas escrituras. No obstante, hoy aún es visible en este lugar una cruz cristiana, vestigio de la época en la que el edificio fue utilizado como capilla, en advocación de san Crispín, y San Crispiano, patronos del gremio de los zapateros y curtidores. A partir de que dejara de usarse como sinagoga en 1492, el edificio ha tenido otros usos como Hospital, escuela de párvulos, y capilla. Actualmente es Monumento Nacional (desde 1885), el segundo más visitado de la ciudad con casi 600.000 visitas anuales. Y pocas ciudades cuentan con Sinagoga, Catedral y Mezquita, con tanta historia contenida.
En el vestíbulo encontramos el acceso a la Galería o Tribuna de mujeres, que con tres balconcillos componen el muro Sur. Desde la sala de oración se ven como tres arcos, dos de medio punto, el central adintelado, enmarcados en un alfiz que perdiera sus decorativas inscripciones. Todo queda cubierto de densas yeserías con leyendas hebraicas, recogidas del Libro de los Salmos, lacerías con estrellas de cuatro, seis y ocho puntas. Finalmente, geometría y decoración vegetal terminan de motivar la decoración de esta sinagoga mudéjar. En realidad todos estos motivos estuvieron policromadas con dorados, blancos, azules, rojos, negros ,y que se extienden sobre los otros muros.
Igualmente, el muro norte también queda cubierto por decoraciones labradas de yesería, formando estrellas, motivos vegetales y epigrafía hebrea. Las cinco ventanas superiores de este muro, y otras cinco en el muro sur están todos abiertas y dan el mayor aporte de luz a la sala de oración. Además, otros cinco arcos encontramos en el muro oeste, pero tres están cegados. Debido a que el Talmud prohíbe el rezo en un lugar sin ventanas, y la halajá, ó jurisprudencia judía, establece en doce, en referencia a las tribus de Israel, como el numero de ventanas en una sinagoga.
El monumento está incluido en la «Red de Juderías de España». Ésta asociación pública sin ánimo de lucro en pro de la defensa del patrimonio urbanístico, arquitectónico, histórico, artístico y cultural del legado sefardí en España, a su vez está vinculada a un proyecto de mayor alcance, el «Itinerario Europeo del Patrimonio Judío».
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Texto
Nacho Calero
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