La Puerta de Santa Catalina es la segunda más importante desde la consagración al cristianismo del templo en el siglo XIII. (29-06-1236). Se encuentra en el muro este de la Mezquita-Catedral, perteneciente a la ampliación realizada por Almanzor, y dando entrada al Patio de los Naranjos.
Muy próxima a ella encontramos las puertas de la Grada Redonda y la Puerta de San Juan. Su nombre está documentado por primera vez en 1268, haciendo referencia a la cercana iglesia del mismo nombre, posteriormente conocida como Santa Clara.
Esta puerta renacentista, es obra de Hernán Ruiz II, “el joven”, realizada en la segunda mitad del siglo XVI. Debido a que tiene un papel importante en muchas celebraciones y procesiones, se hace necesario darle mayor elegancia y porte. Es más, en esta puerta se realiza la estación de penitencia de las cofradías durante la Semana Santa, por lo tanto es la puerta de mayor impronta religiosa de la Catedral.
La Puerta de Santa Catalina es un arco de medio punto, enmarcado por dos columnas lisas sobre altos zócalos. Entre el friso con decoración vegetal plateresca y el arco que conforma la puerta, las enjutas presentan un escudo cada una. A la derecha la Puerta del Perdón, a la izquierda el antiguo alminar de la Mezquita, ordenado construir por Abd al-Rahman III.
El segundo cuerpo está ejecutado en tres vanos ciegos adintelados, decorados con pinturas que fueran de Antonio del Castillo, quedaron desgastadas por el tiempo. Sin embargo, la última restauración de 2015 ha conseguido mejorar su aspecto. Primero en el espacio central vemos a Santa Catalina, finalmente los santos patrones de Córdoba, Acisclo y Victoria ocupan los laterales. Encontramos cada pintura en una hornacina marcada por las dos pilastras internas, y las dos columnas externas que conforman el espacio superior.
Sobre el segundo cuerpo un friso curvo rematado con la imagen del Padre Eterno, corona la portada. En el nivel inferior, en la clave del arco, el escudo del Obispo don Cristóbal de Rojas y Sandoval remata la puerta. Su obispado, de 1562 a 1571, nos permite fechar la obra.
Las puertas son de madera, sin embargo están chapadas en bronce. Es más, en los aldabones con decoración zoomorfa (iguales a los de la Cartuja de Santa María de la Defensión en Jerez), aparece marcada una fecha (1573), posterior a la obra, y a la muerte de Hernán Ruiz. Algunos detalles de la Puerta de Santa Catalina fueron terminados posteriormente a la muerte del artista. (1569)
Frente a la puerta encontramos dos columnas, en origen de época musulmana, y colocadas en el Siglo XIV, cuya utilidad era la de atar los caballos. En 2006, un camión derriba una de ellas, que finalmente fue reemplazada ante la imposibilidad de ser restaurada.
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Texto: Nacho Calero
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