Amedina

Capilla del Cardenal Salazar o capilla del Santa Teresa

Capilla de Santa Teresa o del Cardenal Salazar

El Cardenal Salazar, Pedro de Salazar Gutiérrez de Toledo, obispo de Córdoba entre 1686 y 1706, encarga en 1697 la construcción de su capilla. Será Francisco Hurtado Izquierdo, en aquel momento, maestro mayor de la Catedral, el encargado de su ejecución.

El espacio que ocupa el proyecto del obispo Pedro de Salazar, habría sido hasta ese momento y desde el siglo XIV,  la capilla de San Martín y San Andrés.  Desde este espacio  se accedía a la sacristía mayor, que para entonces ocupaba los cinco tramos de la antigua Cámara del Tesoro de la original Mezquita Aljama.

Extinta la capilla de San Martín, en patronazgo de los señores de Espejo desde 1330, sucesores del fundador don Pay Arias de Castro, y por el derecho del obispo sobre la de San Andrés (fundada en 1341), el solar será entregado al cardenal Salazar para la construcción de su capilla de Santa Teresa. También será su panteón y tendrá funciones de Sacristía. Se asemeja así el uso de este espacio al que tuvo en época islámica.

La capilla de Santa Teresa o del Cardenal Salazar, es un espacio octogonal, cubierto por una voluptuosa cúpula, y dotada de una cripta. Ocupa un espacio sobre el antiguo muro de la quibla, dos intercolumnios frente a ella, y el pasadizo de la antigua Cámara del Tesoro.  

El artista introduce una nueva decoración que después será utilizada en otras capillas y templos de la ciudad.  Como resultado vemos un abundante uso de hojas de acanto, en exuberantes yeserías que se extienden por la cúpula. Estos trabajos se terminan en 1703 tal y como marca como marca una inscripción en forma de cartela. Este tipo de decoración será después utilizada en otras capillas y templos de la ciudad.

La factura de las yeserías (1702) y del primer retablo original de Santa Teresa (1705) frente a la puerta de acceso,  son obras de Teodosio Sánchez de Rueda. El retablo actual es obra de Ignacio de Tomás de 1798, realizado por voluntad del tesorero don Cayetano Carrascal, que hoy descansa junto a esta sacristía.

La imagen de Santa Teresa que ostenta la gran hornacina es obra de José de Mora. Bajo ella, destacamos centrada en la base del retablo, la hermosa puerta del Sagrario realizada en bronce por Virgilio Castelli.  Se trata de un hermoso relieve traído de Italia, donde se representa el Entierro de Cristo. También realizó los dos retablos relicarios de la cripta, y participó inicialmente (1709-10) en la construcción del sepulcro del ya difunto obispo.

Para la construcción de éste, también proyectada por Francisco Hurtado,  el artista usa mármol blanco y negro y la inspiración le viene de los sepulcros papales de Bernini en el Vaticano.

La capilla de Santa Teresa o del Cardenal Salazar se estructura en función de ocho arcos, en los muros que conforman la sala (1712). Serán el emplazamiento que enmarca las pinturas de Acisclo Antonio Palomino, el sepulcro del cardenal, la talla de Santa Teresa, y los accesos al Tesoro, la cripta y a la capilla en sí.

Entre los arcos, sobre repisas de mármol, encontramos ocho esculturas hechas en madera. A saber: San Ramón Nonato, San Agustín, San Francisco de Asís, San Bernardo, San Pedro Nolasco, Santo Domingo, San Antonio de Padua y San Francisco de Paula. Todas ellas, así como la del altar de Santa Teresa son obra de José de Mora.

Dos lienzos de la purísima Concepción y de la, obras de Juan Pompeyo, con recargados marcos encargados por Teodosio Sánchez (1712), coronan el acceso al Tesoro y a la cripta.

Actualmente el acceso a esta sala es difícil, ya que no está abierta a la visita turística. Juan Pompeyo es también el autor de otras cuatro obras que quedan expuestas en la cripta. ”La aparición de Nuestra Señora de la Merced a Jaime I”, “San Eulogio”, ”La transverberación de Santa Teresa” y “ Martirio de San Zoilo”

La hermosa sala que la conforma queda cubierta por una cúpula dividida en ocho compartimentos, también decorados con hermosas yeserías. Ejecutados por Teodosio Sánchez en 1712, después de la defunción del Obispo (1706), son todas distintas entre sí. Pero todas se soportan sobre arcosolios, donde se ubican las pinturas del violinista Juan Pompeyo, así como un pequeño altar que preside la sala, y el propio acceso de esta pieza. Entre los arcos, el artista también realizará esculturas en madera de los doctores de la iglesia

En la Capilla de Santa Teresa ó del Cardenal Salazar, cabe destacar las tres pinturas mayores  realizadas por Acisclo Antonio Palomino. “Martirio de San Acisclo y Victoria”, “Aparición de San Rafael al padre Roelas”, y “Conquista de Córdoba por San Fernando”. En ellas se representan tres momentos cruciales de la historia de la ciudad de Córdoba, realizados en 1713. Cabe destacar el error cronológico reflejado por el autor en su tercera pintura, en la que refleja la conquista de Córdoba del siglo XIII, pero representa la Catedral con su crucero ya realizado.

Al principio, en tiempos de la Mezquita Aljama, esta sección inmediata al Mihrab, constituía la Cámara del Tesoro. Es más, hoy en día mantiene el mismo uso, ya que además de ser la Capilla de Santa Teresa o del Cardenal Salazar,  las donaciones y legados a la catedral de Córdoba quedan expuestas en esta sala y en las dos contiguas.

Atravesando esas salas, admiramos cruces procesionales, portapaces, cálices, candelabros, y esculturas en las que predomina el uso de la plata y finalmente  accedemos a la ampliación realizada por Almanzor. Pero sin duda de todas las piezas que conforman el Tesoro, cabe destacar la Custodia procesional del Corpus Christi.

Custodia de Enrique de Arfe
Custodia de Enrique de Arfe

Esta magnífica pieza fue realizada por Enrique de Arfe, a partir de 1514. Salió por primera vez en procesión el 1 de Junio de 1518, día del Corpus Christi.  Está realizada en plata, en su color y sobredorada, fundida y cincelada. Alcanza los 283 cm de alto y 92 cm de ancho. Hoy se presenta sobre un basamento realizado por Bernabé García Reyes en 1734-35.

La relevancia de esta obra justifica que la encontremos centrada en la Capilla de Santa Teresa o del Cardenal Salazar, presidiendo todo este espacio.

Si está pensando visitar la Mezquita de Córdoba, o si quiere una experiencia de Córdoba única, el equipo de Amedina Córdoba, estará siempre dispuesto. Consulte nuestra visita guiada a la Mezquita y tours en Córdoba, o si lo prefiere opte por un guía privado. Nos gusta Córdoba. Le gustará a usted.

Texto: Nacho Calero     Amedina Córdoba

Para garantizar un mayor rigor, este artículo ha sido verificado con fuentes y bibliografía fiable. El contenido incluye enlaces a sitios de medios oficiales, instituciones académicas y a publicaciones relacionadas. Todo el contenido de nuestra página ha sido redactado por profesionales y chequeado, aun así, si crees que presenta algún tipo de error o inexactitud, o que no está actualizado, o bien no te genera confianza, puedes contárnoslo aquí y aportar las correcciones que estimes necesarias.